Sin ser un castigo, es un buen momento para ir al rincón de pensar.

Aunque cada sector tiene su momento de tranquilidad, el final de año o la época estival son buenas épocas para mirar hacia atrás y  analizar como nos ha ido el año, si hemos cumplido las previsiones, en que nos hemos equivocado o, ante aquel imprevisto o problema, si hemos reaccionado bien y hemos llegado a una solución para no volver a repetir o evitar esa situación.

Fin de año es buen momento para hacer cambios, es como si el cierre de un año permitiera dejar atrás aquellas cosas que molestaban o han quedado obsoletas, un cambio de logo, unas nuevas formas de trabajo, incluso se entiende una modificación en las tarifas, no todo vale, pero con el nuevo año se esta predispuesto a cambios.

Dicho esto, y volviendo a analizar como se han ido sucediendo los días, no deberíamos descuidar el implementar actuaciones a posibles problemas futuros, basándonos en el pasado y previendo o imaginando errores o problemas que nos lleven a una situación de estrés. Nunca evitaremos los errores y fallos en nuestra actividad, pero si que deberíamos disponer de medios y actuaciones previstas para, en caso que sucedan, tener la solución a mano, tanto el titular de la empresa como todos los empleados. A tal problema, la solución puede ser esta o aquella, llevándola a cabo de forma rápida y precisa. Esta actitud hace que el cliente perciba que existe un control ante la situación y que la persona que tiene delante sabe que tiene que hacer para resolver el momento.

No hay que asustarse ante la posibilidad del error, es peor no saber resolverlo a que éste suceda porque, suceder, va a suceder. Es imposible tener un control total de todas las situaciones, por ello es vital, no que se normalice el error, pero si dar a entender que éste se puede dar y que se sabe reaccionar ante el.

Lógicamente no todo son problemas en la empresa, también hemos de mirar a las cosas que han salido bien, para seguir con ellas o mejorarlas, la constante evolución debe ser obligatoria, no debemos dejar de pensar en mejorar, en los servicios, productos, métodos y técnicas, promoción de la empresa, personal y clientes, todo es posible mejorarlo a través de nuevas acciones o actualizando las anteriores, así que la revisión ha de ser total.

Fin de año no debería ser el único momento para pensar en el funcionamiento de la empresa, pero si lo llevamos a cabo al menos, una vez al año, estamos seguros que habra valido la pena y año tras año veremos que, esta dedicación, va dando su resultado.

Os dejamos con el pensamiento y aprovechamos para desearos, desde AN ASSESSORS, UNAS FELICES FIESTAS Y UN PROSPERO AÑO NUEVO, con muchas ynuevas metas a alcanzar.

AN Assessors